Los salvapantallas de nuestros Mac ya no tienen como objetivo principal proteger nuestros monitores durante los periodos de inactividad, sin embargo, sí que tienen una función importante al evitar que otras personas puedan ver lo que estamos haciendo en nuestro equipo mientras estamos ausentes. Pero ¿qué sucede cuando el salvapantallas se niega a desaparecer y nosotros queremos continuar trabajando en nuestro Mac?
Reiniciar el Mac es una opción, pero si podemos evitarlo mejor
Afortunadamente, existen varios recursos que podemos poner en práctica para solucionar esta situación de forma poco disruptiva y evitar tener que reiniciar el equipo. Es importante mencionar que esta situación es poco común, y que un simple reinicio soluciona el error, pero queremos evitar recurrir a esta opción justamente para no interrumpir nuestro flojo de trabajo. Así, en orden, esto es lo que podemos hacer:
- En el caso de tener delante un MacBook, lo más recomendable es bajar la tapa, esperar unos 15 segundos y volver a abrirla. Posteriormente, presionar cualquier tecla y esto debería llevarnos al escritorio sin más.
- Otra opción es bloquear la pantalla, nuestro segundo recurso en un MacBook y el primero en cualquier otro tipo de Mac. Basta con que presionemos Comando (⌘) + Control (⌃) + Q y, acto seguido, presionamos la tecla «esc» para apagar la pantalla. Pasados unos 15 segundos presionamos cualquier tecla para salir del salvapantallas.
- Si los recursos anteriores no funcionan, podemos mantener presionado el botón de arranque del Mac para ponerlo en reposo. Para ello, lo mantendremos presionado solo un par de segundos, ya que si lo aguantamos más lo apagaremos. Después de esperar unos 15 segundos, deberíamos poder volver a utilizar nuestro Mac.
- Si nada de lo anterior funciona, la opción más contundente es cerrar la sesión. Presionamos Comando (⌘) + Shift (⇧) + Q y a continuación la tecla «Intro». Luego iniciamos sesión normalmente.
Llegados aquí, simplemente reiniciamos el Mac. Importante que guardemos nuestro trabajo, pero será la solución más sencilla. Simplemente acudimos al menú de Apple y pulsamos en Reiniciar. Tras unos pocos segundos se apagará, encenderá de nuevo y, después de la contraseña, volveremos a estar trabajando con él.
Hay que reconocer que es una situación poco común, igual que un Mac que pida constantemente la contraseña, pero incómoda si en algún momento se produce. Afortunadamente, antes de pensar en un reinicio, tenemos varias cosas que podemos probar para salir del salvapantallas de nuestro Mac fácilmente.
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Imagen | ian dooley