En un día normal es habitual que gestionemos centenares de archivos, todos ellos debidamente ordenados en carpetas, y también con etiquetas. Copiamos, movemos, renombramos, eliminamos y trasladamos muchos de estos archivos y carpetas, pero rara vez las fusionamos, un recurso de lo más útil que puede simplificar mucho la gestión en algunos proyectos.
Movemos la carpeta y puf, fusionada
En proyectos compartidos en el ámbito de la empresa, especialmente al combinar trabajo presencial y remoto, es común que las diferentes partes de un mismo proyecto vengan en diferentes carpetas cada una con su procedencia. Ante esta situación, cuando necesitamos juntarlas, lo que solemos hacer es copiar el contenido de una carpeta y moverlo a la otra. Un proceder válido, pero con el que, si no tenemos cuidado, podemos borrar algún archivo que no deberíamos.
La alternativa para esta gestión es la acción de fusionar. Es una opción que nos ofrece el propio Finder y que aumentará enormemente la productividad en una tarea tan recurrente y evitará que eliminemos o sustituyamos ciertos archivos involuntariamente.
Imaginemos, por ejemplo, que dentro de nuestro proyecto, alojado en el servidor de la empresa, tenemos la carpeta Contabilidad. Imaginemos también que acabamos de descargarnos de Dropbox esta misma carpeta con los documentos revisados. Lo ideal aquí es exactamente eso, fusionar las dos carpetas, lo haremos así:
- Abrimos la carpeta Descargas en una ventana del Finder.
- Arrastramos la carpeta Contabilidad a la carpeta del proyecto del servidor mientras aguantamos la tecla Option (⌥).
- Tocamos Fusionar.
Nada más. Haciéndolo así, Finder se ocupará de todo. Copiará todos los archivos de la carpeta recién descargada de Dropbox al servidor exceptuando aquellos que ya estén ahí. Por seguridad, además, mantendrá nuestra copia en la carpeta Descargas inalterada, por si queremos hacer otras gestiones con ella.
Importante mencionar que en algunas ocasiones, a pesar de mantener presionada la tecla Option mientras arrastramos, el sistema no nos ofrece la opción de fusionar dos carpetas. Si esto ocurre, es que alguno de los documentos que estamos tratando de fusionar ya existe y hay una discrepancia en qué versión debería guardarse. En este caso deberemos resolver esta discrepancia manualmente antes de fusionar las carpetas.
Cierto, en algún momento es posible que tengamos que acabar realizando la fusión a la antigua usanza, manualmente, pero en este caso el hecho de no poder fusionar automáticamente nos sirve de toque de atención ante cambios entre versiones de archivos, algo realmente útil. Para todo el resto de situaciones poder simplemente arrastrar una carpeta al lado de otra es, sin duda alguna, mucho más fácil que cualquier otro método.
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